París. Una reluciente moneda de plata aparece en la vida de Caius Strauss. La moneda es un regalo de un desconocido repugnante con cara de luna pero es imposible deshacerse de ella, aunque la tire a la basura o al río siempre reaparece en su bolsillo. La moneda es la llave de un barrio que no existe en los mapas, un mundo de oscuridad habitado por personajes con poderes letales y repleto de lugares misteriosos. Uno de ellos es una librería, donde se venden objetos capaces de convertir los oscuros deseos en realidad a precio de sangre.
En un corrompido corazón de un apocalíptico París, una terrible revelación aguarda a Caius: él es el Wunderkind, el joven por el cual los habitantes de esta escondida zona están dispuestos a morir, y el hombre con cara de luna, a matarlo.

 

“En cada adiós clandestino, un beso robado. En cada ciudad, un lugar oculto. En cada barrio, un cementerio. Dent de Nuit no era una excepción.”

“- (…) Digo Amor como podría decir incendio, destrucción de toda capacidad de raciocinio. Digo amor como podría decirlo un poeta, o el piloto de un bombardeo que está a punto de lanzar un arma nuclear. Digo amor a la manera de los viejos sabios con la espalda de hierro, no a la manera de los cantantes de corazón de plástico. Amor. Amor profundo y doloroso, una caries del corazón, como solía decir un amigo mío suicida. Amor como perdición, amor como laberinto donde perderse para siempre, en el que la mirada, cada caricia cada palabra asume un significado que explica el universo. Amor que no perdona.”